Cuando comencé con los estudios superiores, todo era muy nuevo. Onda, los nuevos compañeros, profesores, las áreas verdes, los ladrillos, los certámenes-exámenes, los papers, los bajones, los barros lucos, el pasto (el mítico pasto que todos se imaginan cuando piensan en los estudiors superiorers) y mil quinientas cosas más, que son místicas, y shúer locas.
Así que, después de clases, pal relajo, a veces, se va con el piño a la quila, a la sombra, tranqui, después de hacer la vaca pa' los packs.
Aunque, últimamente, está súper funado ir pa' esos recónditos lugares, ya que los verdes y los azules, nos tienen identificados.
Si no se puede en la quila, no falta el que se pone con la casa, a veces la javi, a veces el gianca.
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